Es un hecho que cada día me voy alejando más de la sociedad táctil que he conocido desde que era niño, es muy acertado pensar que cada día como persona empiezo a experimentar un ensimismamiento muy fuerte que me produce malestar hasta “el respirar fuera de mi casa”. Y este hecho de no sentirme tranquilo al respirar no se debe a un desorden mental como una esquizofrenia diagnosticada o una paranoia crónica, se debe al factor de que no se me permite inhalar aire gracias a los fumadores que me vuelven su cómplice involuntario su (fumador pasivo) sin querer serlo.
Porque el hecho de ser parte del entorno natural te da el derecho de poder disfrutarlo, por algo la naturaleza busca estar en armonía con nosotros, dándonos un equilibrio en el funcionamiento de todo el entorno ambiental, el contraste entre el verano y el invierno por ejemplo le brinda a las cosechas la capacidad de germinar; y es así que ha intentado seguir funcionando , a pesar de tantos años de maltrato con nuestra indiferencia y nuestros abusos, a punto de provocarle múltiples abortos que llevan a nuestro sufrimiento.
Con esto no solo me refiero al calentamiento global y la des glaciación sino a los padecimientos que las personas como yo a como usted sufrimos; el hecho de salir una noche e intentar inhalar el aire fresco y encontrarse con el aliento del sórdido tabaco, con sus acompañantes químicos que son evidentes a la hora de saborear el paladar cuando te sucede un inevitable ataque de tos, cuando lo que buscas es sentir la tranquilidad de tus sentidos en el mundo exterior porque has estado en tu trabajo encerrado día a día cumpliendo con tus obligaciones.
Somos prisioneros de unos cuantos enajenados que sienten en el fumar al principio una sensación vacía de placer y aceptación social de unos cuantos qua aparentan tener seguridad consumiendo su ego con unas tantas bocanadas de banalidad desesperada y es claro que al final les es indiferente contaminarse, puesto que el saber la gran cantidad de contenidos tóxicos de un simple cigarrillo no les importa, y hasta casi puede uno creer que es un asunto que no les concierne como todo lo que pasa cuando nada tiene que ver con nosotros; su humanidad ya no les pertenece.
No se pero, ya es suficiente para mi agonía mental abrir un paquete de papas y pensar en que su contenido de tartrazina me podría producir una enfermedad maligna; ojala y todos los que compartimos el aire con “los invadidos y enajenados de nicotina” pudiéramos tan solo ver que el humo que soplan para exhalar solo ellos lo recibieran para respirar.
Quisiera poder invitarlos a que viéramos el interior de las mentes de los fumadores cada mañana, pero como no podemos visualicemos como ellos cada mañana aprecian a sus hijos tomar un rico desayuno con cereal leche huevos y pan tostado acompañado por un nutritivo y delicioso Tolueno, fenol, alquitrán, benzopireno, arsénico y metanol “Todo lo que un niño necesita para crecer sano y fuerte como sus padres”.
Escrito por: Carlos H Zapata H miembro zapata.cap
OBRA ESCULTORICA

primo, te felicito por tu excelente reflexión acerca de los fumadores y su entorno. Este último se convierte en víctima de la ignorancia y la inmensa estupidez de las chimeneas humanas.
ResponderEliminarVaya, no pudiste expresar mejor ese sentimiento compartido cuando dices que ese humo que exhalan deberían de utilizarlo solo ellos para respirar, y no dárnolo a nosotros en esa manera tan descarada y despreciable; solo en esa forma aprenden o se mueren en su propia ruina.
Aunque el problema es bastante complejo, ya que cada día nos vemos inmersos en un mundo poco sostenible debido a esta terrible adición. En la medida que se tenga no solo el conocimiento sino también conciencia de este flagelo, podremos tal vez encontrar una luz de esperanza de un mundo mejor sin fumadores.
Felipe.